Hola, somos Orlando y Victoria Cardona, y queremos compartir nuestra historia de cómo el Señor nos llamó al ministerio. Empezamos a sentir el llamado de Dios en 2020. Desde ese año hasta 2023, tuve encuentros muy fuertes con el Espíritu Santo, y fue durante estos encuentros que el llamado se volvió muy claro para mí.
Uno de los encuentros más significativos ocurrió un domingo por la mañana en el lobby de la iglesia mientras hablaba con un hermano sobre sanidad. De repente, sentí una presencia muy fuerte que me dejó incapaz de moverme o hablar, solo podía llorar y hablar en lenguas. Este hermano tuvo que llevarme a casa varias veces después de estos encuentros, ya que quedaba bajo la unción durante muchas horas.
En una ocasión, después de un servicio dominical, fui a predicar a una iglesia en Nebraska durante tres días de conferencia. El Espíritu Santo se movió poderosamente: personas fueron sanadas, liberadas y llenas del Espíritu Santo. El último día, mientras predicaba, sentí nuevamente una presencia muy fuerte que me dejó pegado al podio. Llamé a los jóvenes y adultos a levantar sus manos, y todos cayeron bajo el poder de Dios, hablando en nuevas lenguas y siendo sanados y liberados.
Otro encuentro notable ocurrió en mi hogar mientras me preparaba para ir a la iglesia. Sentí la unción sobre mí y no podía hablar, solo llorar. Esto continuó durante todo el servicio y hasta llegar a casa. Incluso mientras intentaba comunicarme con Victoria, no podía hablar y solo podía hacer señas. Cuando oré por ella, la unción que estaba sobre mí también la tocó, sanándola y fortaleciéndola.
Estos encuentros fueron solo algunos de los muchos que tuve. Cada uno de ellos me llenaba de un amor y un gozo inexplicables, y me dejaba con un deseo insaciable de más de Su presencia. En uno de esos encuentros, mientras mi pastor predicaba y daba su testimonio, sentí una presencia tan fuerte que no podía respirar, y escuché al Señor decirme que me había llamado al ministerio. Esto fue algo sobrenatural y transformador.
Dios también empezó a hablarme a través de sueños y visiones. En un sueño, vi a Jesús en las nubes, una experiencia tan real que sentí como si mi cuerpo fuera llevado al cielo. Este sueño me impactó profundamente, recordándome la realidad del rapto y el regreso de Cristo. En otra visión durante un servicio nocturno, sentí la mano del Espíritu Santo sobre mi cabeza, llenándome de una presencia poderosa y maravillosa.
Le pedí al Señor una confirmación del llamado a través de mi esposa. En enero de 2022, Victoria tuvo una visión de la iglesia que Dios nos daría, un lugar de avivamiento y milagros. Además, durante un culto en la iglesia River en Tampa, escuchó en su espíritu que el Señor le preguntaba si estaba preparada para dejar todo y seguir Su llamado.
Con estas confirmaciones, supimos que era tiempo de entrar en nuestro llamado para la gloria de Dios. Esta es nuestra historia de cómo el Señor nos llamó al ministerio, llenándonos de Su Espíritu y preparándonos para servir en Su reino.